¿servimos los y las españoles/as para hacer de todo? parece que sí, y el claro ejemplo son los ministros. Tanto valen para cultura, como para educación, como para medio ambiente o como para presidentes de comunidad.
En este país pretendemos y fingimos saber hacer de todo: dar clases de teatro sin realmente haber profundizado en la materia, dar masajes habiendo hecho un pobre cursillo, o participar en programas de televisión en calidad de periodistas, pero sin serlo.
Aquí servimos para cualquier cosa, pero para obtener un resultado mediocre, sin intentar llegar a la minuciosidad, a la profesionalidad y al gusto por intentar llevar a cabo bien nuestra profesión. En otras palabras, quedándonos en chapuzas.
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