Y San Patricio se celebró

...Y sin quererlo hace un mes, cuando fui a Dublín, un Leprechaun se me metió en la maleta (y milagrosamente no pitó al pasar el control). Reconozco que al principio desconfiaba de él, más que nada porque mi casera no me deja tener animales, pero cuando se lo dije, se enfadó mucho, "¿animal yo? ¿animal? animales vosotros, IGNORANTES (me gritaba en un irlandéspanglish casi ininteligible) QUE ESTÁIS ACABANDO CON EL MUNDOOOOOOOOOOOOO".

A partir de ahí le empecé a tomar un poquito más en serio la verdad, por eso y porque amenazó con ponerme la casa patas arriba y acabar mi stock de cerveza; y también porque tenía la esperanza de que alguna vez me llevara hasta el caldero de oro que hay al otro lado de su arcoiris. Pero un día me confesó que ya no lo tenía, que lo cambió por una cerveza, o que se lo dio a una leprechaun que al final se fue con otro... realmente decía que la historia era difusa, aunque yo creo que lo que no quería era acordarse porque vi que se le escapaba una lagrimita.

Y ya veis, al final esta relación se ha convertido en algo desinteresado, como el resto de mis amistades. Él vive bien por aquí y tampoco para mucho en casa, pero eso sí, me da palique cuando vuelve y siempre me trae algún regalito. Y desde hacía unas semanas me estaba intentando meter el gusanillo de celebrar el Día de San Patricio: "Que sí Elisa, que te encanta la cerveza, que hay que celebrar las fiestas de guardar como se merecen, que me vas a hacer feliz..." y me ponía carita de pena... y yo ante eso no puedo decir que no.

Así que unas llamadas de teléfono, y ya teníamos preparado el jolgorio: un petit comité en casa de Raquel, "Así en el cielo como en la tierra", y unas cerves de importación, donde por supuesto no podía faltar la guiness. Aunque como dicen: no sabe viajar, y su sabor por aquí no es ni parecido al de irlanda. Ocurre como la comida en la bodega, que siempre sabe mejor; aunque nunca he sabido si es así por el vino que has ingerido ya o por el aire de campo.

Por supuesto me vestí de verde y brindamos por la suerte que traen los tréboles y la de mi leprechaun, aunque últimamente el pobre debe de estar en mala racha porque suerte lo que se dice suerte... la del tuerto, ¿o era la del cojo?

Sea lo que sea... brindemos ¡SALUD!