Yo sobreviví a los 80 y evolucioné en los 90

Aquellos que nacimos a finales de los 70 y principio de los 80 probablemente fuimos los últimos a los que dejaron jugar tranquilamente en la calle, y los que primero crecimos junto a una pantalla de televisión.


Sobreviví a los 80, a Espinete y los polvos mágicos de Chema; a Bola de Dragón y su violencia; e incluso a Jesús Gil y las Mamachicho; y fui adolescente en los 90.
Descubrimos así el Grunge con Nirvana, las pasteladas de Alejandro Sanz, y por supuesto el rock urbano. Las tardes en los pueblos no era lo mismo sin escuchar en la peña a Extremoduro, Platero y La Polla.

Sobrevivimos también a los 90, y lo más curioso es que Robe también lo logró.

Hace unas semanas, con la ilusión de quien vuelve a tener 19 años, pusimos rumbo al recinto ferial de Palencia para disfrutar de un nuevo concierto de Extremoduro. "Hay que aprovechar que esta gira puede ser la última". Katxis de Cerveza y ausencia de los de Kalimotxo: ¿cómo es posible?

Tras unos teloneros de Bilbao a los que no hicimos mucho caso, porque en realidad la mayor parte de nosotras ha ido descubriendo otra música a partir del año 2000, esperamos impacientes el comienzo del concierto.

Golfa, Jesucristo García, Standby, Deltoya... y sobre todo So Payaso. La única poesía que muchos entendimos en esa época volvía a sonar en nuestros oídos.

Sobrevivimos a todas esas épocas, y de vez en cuando gusta sentirse adolescente, fumar unos porros, tomar unos katxis y cantar a coro, o mejor dicho, gritar la letra de todas las canciones, porque hay cosas que nunca se olvidan, y curiosamente, a pesar del tiempo que hacía que no escuchábamos esa música, cada una de las palabras venía a nuestra cabeza sin ningún problema.